Un día te atreves a decirle al mundo como tiene que ser el mundo.
Ese día descubres los renglones torcidos de dios.
Esos renglones son siempre la interpretacion racional y estúpida de como tiene que ser la vida.
Y la vida te vence, pero no te convence, pues si así fuera, dejarías de ser ese idiota prepotente.
La vida se la seduce.
Este es el sendero yin de la operatividad.
Lo que debes entender es que el hombre lo máximo que supone es la posibilidad de crear las causas y las condiciones para que algo suceda.
Sin embargo, coges a la vida por la oreja para ensenyarla como debe comportarse.
Entender esto es haber avanzado por la vía de la rectitud de la vía media.
...no le busques sentido, no lo tiene.
maestro zen
lunes, 14 de abril de 2008
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